Habiendo nacido en 1912, en 1933 Uriel Bravo escribe una pireküa (canción purépecha) a su pretendida Josefina Medina. Uriel y Josefina sostienen una relación familiar por siete años, procreando tres hijos: Emma, Adalid y Neftalí. Esta historia se desarrolla en la localidad de Zacán, Mich., humilde pueblo habitado por indígenas purépechas preponderantemente.
Uriel Bravo fue un destacado trombista al iniciarse en la música, formando parte de la regionalmente reconocida banda de música local. Complicadas situaciones políticas obligaron a la familia a emigrar, estableciéndose en la población de Los Reyes, cabecera municipal, donde en poco tiempo dicha familia se desintegró; no obstante, Uriel Bravo quien vivió allí el resto de su vida, obtuvo importantes logros tanto en el ámbito musical en el que formó difrentes conjuntos, ya como saxofonista y, secciones regionales del sindicato nacional de filarmónicos, asi como en el ámbito gubernamental ocupando importantes cargos en la administración municipal, lo que le permitió prestar amplio apoyo a su pueblo natal, Zacán.